Wednesday, June 28, 2006

junio veinte ocho

Nunca es suficiente para la desazón. Enterarse día por día de la poca deferencia con que está hecho el universo, no puede resultar cómodo. No lo hace. Hago, hice lo que debería, sin embargo alguien inventará aquello que no tendría que hacer, mas por no estar hecho me siento juzgado, como un mal juego: Siempre juzgado, mal jugado, y ya bastante cansado. Hoy debería haber mandado a todos de paseo y tal vez lo haya hecho. No sé qué me retiene en esta inmundicia llamada Ciudad de la Furia. Nada tengo ya que me pueda perder. ¿O sí?. Acaso una promesa que se niega a desaparecer, a morir de por toda vez, que vive por fuerza propia, por necesaria, ¿por conveniente?: Deberías desaparecer, y dejarme en paz. Es esto lo que te digo a vos, a ella, a todas las. Sin tu recuerdo sería sencillo ordenarme y desaparecer: Y lograrme por fin olvidar. Porque el olvido sí existe, aunque cartelones de subte firmados por Jorge Luis me quieran otra cosa convencer: Hoy lo he notado. Aunque me reclamen de por todo lado, hoy ya de todos, ya por todos he sido olvidado.
Y nada hay más difícil que del olvido volver a renacer.

felipe marangoni

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