Tuesday, June 20, 2006

junio 20

Aprovecho este instante de sosiego, no son muchos los. Tiendo entonces a escribir algo que suene a buena letra, a somnolencia del corazón: No sé cómo estoy, sin embargo presiento, sospecho la espera acaso desaconsejable mas no por ello mal esperada: Alguien espera, acaso espera bien, mal, espera por mí. A lo lejos se me antoja una ilusión resucitada: Ella lo es: Acaba de resurgir de un pasado abismal desde donde ya no podía respirar: Hoy respiro, creo. Tengo un par de créditos que cerrar, antes de que me viren a una deuda demencial. Ya no me parece sencillo deambular como perro salvaje, persiguiendo dentelladas de atención. Estoy algo cansado, jefe. No es fácil convivir con tanto dolor. Todo por todo, por todos lados, ese corrosivo dolor. Hoy envuelto en rutina hasta ¿cuándo? necesito sorprenderme pensando en otros mundos, acaso idiotizados de inocencia, sin embargo convenientes para un retazo de vida, que es todo lo que hoy me parece sostener: Ella me podrá sostener sin remitirme a tanto símbolo, valiéndose por sí misma: Ésta es hoy mi verdad, la misma que una vez me tuvo y sospecho nunca aprenderá a ya dejarme olvidar.
Para morirse en el recuerdo no es necesario olvidar.

felipe marangoni

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