Monday, July 03, 2006

julio cero-tres

Como atajos me estoy autosaboteando, acaso por la necesidad suprema de no auto fallarme, de no auto claudicar: De todos modos, tres días a veces son la misma cosa: dejar las horas, el tiempo esquivar, sentirlos pesados, como las nubes que atormentan tanta tormenta de espíritu, tanta inestabilidad emocional. Entonces, qué queda: Sólo sentarme a esperar. Idiotizarme con la tv que nada reporta, sólo colores ajenos, bellezas de salón, inasequibles, inconquistables, como inconquistable es esta tierra que yo soñé como mejor: Es una mierda, todo por acá lo es. Nada me convoca a un delirio de bienestar, menos de satisfacción. ¿Me equivoqué? Cuando tres días me abandonan vacío, me desamparan lejano, no tengo cómo, cómo carajos rebatir(me), cómo demonios volverme a validar. Creo que ya me queda poco valor, muchos bolsillos vacíos, demasiado espacio para alquilar.
Ando cerca, cerca de la calle, lejos de casa.
Demasiado cerca del final.

felipe marangoni

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